jueves, 23 de noviembre de 2006

Respect to "El Titi"


El otro día pasé por un hipermercado y, en la cubeta de CDs de oferta de música española (he de reconocer mi pasión por bucear entre cubetas y cubetas de CDs), llamó mi atención el disco de Rafael Conde "El Titi". Ya no sólo por el hecho de su apodo (mítico para autodefinirse de forma chulesca a uno mismo en tercera persona y que ha sido utilizado durante décadas en nuestra piel de toro, sobre todo en el Sur), sinó también por el título del disco ("Libérate") y, sobre todo, por la portada, en la que aparecía El Titi enjoyado y maquillado. Una vez conocido el fenómeno Falete, una propuesta como la de El Titi no debería sorprendernos, pero el quid de la cuestión reside en que El Titi es un fenómeno previo al de Falete, con todo el riesgo que ello supone.

Un riesgo propio de mostrar ideas y tendencias abiertamente homosexuales en un mundo tan homófobo (y a la vez tan concurrido por los homosexuales) como es el de la copla, estableciéndose una curiosa y apasionada relación de amor-odio. Y si no, que se lo pregunten a Miguel de Molina, que sufrió en sus propias carnes las iras homófobas de doña Concha Piquer (se comenta que la Piquer, en pleno ataque de envidia ante el creciente éxito de Molina, mandó a unos matones a que le dieran una paliza). Para muestra, véanse las películas "Las Cosas del Querer" y "Las Cosas del Querer 2", en las que queda perfectamente reflejado los inicios homosexuales de la copla. De hecho, muchas de las letras del famoso trío de compositores Quintero, León y Quiroga (entre las que se encuentra, seguramente, la mejor canción española de todos los tiempos, "Ojos verdes"), están pensadas e inspiradas para que un hombre se las cante a otro hombre, pese a que el hecho de que la mayoría de cantantes de copla fueran mujeres hacía pensar lo contrario.

Volviendo a El Titi, la canción que abre el anteriormente citado CD tiene un título impactante y sin tapujos: "Libérate". Todo un canto a la autoafirmación gay desde el mundo de la copla moderna, lo que significa aplicarle cierto grado de humor cabaretero (y, hasta cierto punto, surrealista) al tema en cuestión. Es por eso que he decidio transcribiros la letra para que vosotros mismos os hagáis una idea (pese a que poder escuchar a El Titi cantarla resulta impagable).

Nota 1 del escriba: en la canción (no se si por mantener la métrica o por alguna dificultad de dicción de El Titi), el cantante dice "sexual" en lugar de "homosexual". Nota 2 del escriba: entre paréntesis aparecen las expresiones y chillidos emitidos por El Titi en el estribillo de la canción.

En las calles las pintadas están de moda hoy en día,
verdes, negras y coloradas, viviendo la autonomía.
Hoy mismito he visto una que me llegó al corazón,
la verdad, como ninguna, y llenita de razón:

Libérate, libérate,
ser sexual (sic.) no es un delito,
no lo calles y lanza el grito (uuuhh!).
Libérate, libérate,
si estás vivo y no estás muerto,
a darle gusto a tu cuerpo.
Lanza al aire tu pancarta, no la quieras ocultar,
y que un mal rayo le parta a quién no quiera mirar.

Libérate, libérate,
no sigas más oprimido y busca tú felicidad,
porqué aunque muchos te critiquen,
el que lo prueba repite: yo no sé porqué será.

Las pintadas poco a poco las paredes van embrollando,
ay! si este mundo ya estaba loco, pues ahora lo están ensuciando.
Y una que va armando guerra, ¡ay si se pudiera lograr!,
ya no iríamos a Inglaterra para podernos casar.

Libérate, libérate,
ser sexual (sic.) no es un delito,
no lo calles y lanza el grito (uuuhh!).
Libérate, libérate,
si estás vivo y no estás muerto,
a darle gusto a tu cuerpo.
Lanza al aire tu pancarta, no la quieras ocultar,
y que un mal rayo le parta a quién no quiera mirar.

Libérate, libérate,
no sigas más oprimido y busca tú felicidad,
Porqué aunque muchos te critiquen,
el que lo prueba repite: yo no sé porqué será (ayy!).

(R. Raga – F.Huertas)

lunes, 20 de noviembre de 2006

El bluff de la Juani



El pasado sábado fui con una amiga a ver la última película de Bigas Luna, "Yo soy la Juani", y salí bastante decepcionado del cine. Ya sabemos a que Bigas le vas más la forma que el fondo, pero esta vez el desequilibrio ha sido más que evidente. Con sólo deciros que el personaje más creible de la película es el del Jonah, el novio de la Juani (interpetado por Dani Martín, cantante de El Canto del Loco), creo que es suficiente (¡y eso que no lo soporto!). Y es que por mucha nueva bomba sexual que nos quiera vender Bigas, fallan tanto el personaje como la actriz (Verónica Echegui). No hay que irse tan lejos: Laya Martí (quien da vida a la sumisa y "superficial" amiga de Juani, la Vane) demuestra que para ser actriz, aunque sea interpretando un papel de personaje charri y vulgar, hay que tener algo más que un culito respingón y una caderas para enseñar el tanga. Cosa que Echegui no consigue.

Pero más allá de las carencias interpretativas de Echegui (muy poco creible en los momentos de autoafirmación de la Juani a lo largo del film: no le sale de las entrañas y eso se nota), el problema fundamental es el guión. Veamos que entiende (o pretendía transmitirnos) Bigas con la película y el personaje:

"La Juani es lo más; es una de las frases que utilizaremos en el lanzamiento del proyecto y lo es. Juani representa a la mujer española de hoy, hija del brutalismo ibérico pero capaz de poner a caldo al machito de turno. Cuenta además con el glamour de la periferia; una niña capaz de comerse el mundo con unos pendientes de plástico, su top y su mirada. Una mujer libre, sensible y liberada de las que hoy, entre la gente joven, hay ya muchas en España" (extraído de la web www.yosoylajuani.com).

En definitiva, Bigas ha querido vendernos una lolita de extraradio, pero con grandes carencias de credibilidad, potenciadas por unos recursos cinematográficos y contextuales fuera de tono:

- "Mamá, quiero ser artista": representa que la Juani es muy echada pa'lante y que su objetivo es ser actriz. Me gustaría preguntarle a Bigas a cuantas Juanis conoce que deseen serlo: yo no conozco demasiadas (por no decir ninguna). Así, Bigas nos muestra a una chica de extraradio con unas pretensiones u objetivos ("sueños", que decía una compañera mía de trabajo) a medio-largo plazo, en cierto modo contestataria y nada conformista con su contexto sociocultural y familiar. Muy distinto de la realidad imperante, en la que precisamente lo que reina es el conformismo: trabajos precarios y mal remunerados que provocan que lo más parecido a un "sueño" de muchas de las Juanis y los Jonahs sea algo tan prosaico (y a la vez loable) como tener un piso y casarse. Todo muy "reaccionario" y conservador, a diferencia de la Juani. Ese es el gran problema: los cambios superficiales en las costumbres sociales de la juventud (el tunning, el botellón, las discotecas, las drogas, la promiscuidad, los videojuegos, etc.) nos llevan a pensar erróneamente en un cambio generacional o de objetivos y valores de dicha juventud respecto a otras generaciones, pero al final uno se da cuenta de que el cambio se produce en la forma, pero no en el fondo, y que dicha juventud de extrarradio que Bigas nos muestra sigue persiguiendo (¿perpetuando?) los mismos objetivos y valores: estabilidad material.

- "¡Mi reino por un coche tuneado!": en una entrevista publicada en un diario catalán leí que Bigas analizaba sociológicamente el mundo de las Juanis y los Jonahs mostrándolos como víctimas de un sistema y un contexto que no les permite su plena realización. Así, Bigas justificaba la pasión por el tunning en el sentido de que debido a la precariedad laboral, el alto precio de los pisos y la imposibilidad de acceder a una vivienda, los jóvenes dedicaban sus pocos ahorros en invertirlos en sus coches: lo más parecido a una propiedad que pueden tener. En este sentido, Bigas carga las culpas sobre el sistema y, en cierto modo, exonera a la juventud, convertida más en objeto que en sujeto de dicha situación. Reconociendo el gran problema que para la juventud (y los no tan jóvenes) representa el acceso a la vivienda (véase el movimiento Yo No Tendré Una Casa en Mi Puta Vida), hay que comentar que una parte de la juventud (no toda), pese a disponer de unas facilidades y recursos para el estudio y la formación (reglada y no reglada) como nunca han habido, prefieren abandonar a las primeras de cambio (fracaso escolar) y buscar un dinero rápido (aunque escaso) que les permita satisfacer sus hobbies (y aquí no estamos hablando del clásico caso del niño que deja de estudiar para ponerse a trabajar por motivos imperativos de la economía familiar).

- "Oliver Twist": la caracterización de la familia de la Juani es simplemente nefasta. Vive con su padre y su madre en una casa humilde construida por su propio padre cerca de una autopista (supongo que en los tiempos de los 70s-80s en los que la planificación urbanística era algo quimérico). Su madre es una de tantas sufridas amas de casa que todos conocemos, mientras que el padre no se sabe si está jubilado o parado: simplemente está muy preocupado porqué les quieren expropiar la casa y eso le lleva a beber. Pese a la posible veracidad de la situación, creo que Bigas debería haberse esmerado en buscar un perfil de familia menos dramático o extremo (sólo faltaba que Juani tuviese un hermano yonki) y que reflejase una realidad más cuotidiana (y no por ello menos dura). Quizás el peor momento (por increíble) es cuando Juani vuelve de Madrid para visitar a su padre en el hospital tras sufrir un infarto y, decidida a quedarse en Barcelona, su madre la hace recapacitar poniéndose a sí misma como ejemplo de sueño frustrado: podría haber sido una buena cantante de flamenco o copla, pero truncó su carrera por amor, así que Juani ha de continuar persiguiendo su sueño de ser actriz y no resignarse. Momento dramático de Corin Tellado.

- "Xanadú cañí 2006": a nivel formal, la debilidad del guión queda patente en la película a través de recursos facilones como el proto-videoclip de La Mala o el videoclip inicial sin tapujos de Haze (a ritmo de tunning, chavalas y break), junto a unos más que prescindibles momentos oníricos en los que Juani se ve caracterizada como Reina del Tunning. Pero quizás el peor momento de todos es el del final de la película, en el que cual émula de Xanadú (al mismo nivel de horterismo que la película protagonizada por Olivia Newton-John), la Juani se ve caminando hacia Hollywood a través de un Sunset Boulevard en el que las estrellas llevan su nombre estampado en neón rosa. Bigas nos ha amenazado con una segunda parte de la Juani en Hollywood: espero que dicha reflexión fuese producto de haber sorbido con demasiada rapidez la pajita de su cubata durante los actos de promoción de la película.

En definitiva (y por si no ha quedado suficientemente claro), la película no me gustó: dónde esté Huevos de Oro, Jamón, Jamón o La Teta i la Lluna, que se quite la Juani.

domingo, 12 de noviembre de 2006

Supermodelo 2006


Un breve review de la final del concurso para amigos, conocidos e interesados que por diversos motivos no pudieron presenciarla...

El pasado miércoles se celebró la esperadísima final de Supermodelo 2006, el programa presentado por la hierática-takeyourfingeroutofyourass Judith Mascó en Cuatro. Pese a que las finalistas eran cuatro (Maria José, Yasmin, Laura Negrete y Maite), el vox populi daba como ganadoras a Maria José o Maite, las más próximas a ese patrón de modelo neo-Twiggy-proto-Kate-Moss (pelo corto, ausencia de curvas, poco pecho, look enfermizo) que parece ser que ahora tanto se lleva (por mi, con su pan se lo coman: dónde haya curvas para marearse y entretenerse, al cuerno con la aburrida rectilínea).

La sorpresa saltó con la eliminación de Maite en tercer lugar, ya que se veía como una de las claras favoritas. La eliminación de Laura Negrete en cuarto lugar era más que previsible, ya que se veía a la legua que esta Juani alicantina no cumplía los requisitos de fisnura para representar a la agencia nacional de Elite Model en el concurso internacional, pese a que ese rollo de barrio "muestrotanga-enseñosuje" me ponía bastante burro (atención a la foto del pase de ropa interior que realizaron en plena calle Preciados en Madrid y que os adjunto: una revisitación en clave ibérica -con olor a ajo y a cebolla, como diría Julio Iglesias- de la next-door girl; Bigas, have a look!).

El verdadero quid de la cuestión en la diatriba entre Maite y Maria José consistía en la eterna discusión sociológica entre campo y metrópolis: mientras que Maite es madrileña, con lo que (se supone) que tiene asimilados unos valores, costumbres y gustos más tendentes al cosmpolitanismo-modernidad (aunque hablar de cosmopolitanismo y Madrid genera cierto repelús), Maria José no dejaba de ser esa cenicienta de un pequeño pueblo de Jaén que nunca había salido del mismo, trabajaba de dependienta en una tienda de ropa, no dominaba el inglés y a la que todo le caía nuevo y grande (del estilo de lo que Claudio Brando, el personaje de La Hora Chanante, resume perfectamente con la frase "más grande que América y que Asia"), mostrando por nuestra parte una vergonzante simpatía ante la ignorancia, por muy cándida que esta sea; para haceros una ídea, ved el vídeo de su viaje a Milán). Pero como la votación de la final se desarrolló a través del plebiscito popular, y dada la conocida tendencia que tenemos los españoles a creer en los cuentos de hadas y en la providencia, así como a proyectarnos en los anti-héroes (véase el caso de Rosa en la primera edición de OT), la que se acabó llevando el gato al agua fue Maria José. Estoy segurísimo que si la decisión hubiese dependido del jurado, hubiesen elegido a Maite.

Así que nos plantamos en el momento cumbre de la final: la selección entre Maria José o mi adorada Yasmin (cool as ice: tease me yo bitch!), la cual ha sido constante objeto de crítica por parte del resto de sus compañeras a lo largo del programa. Una selección que contenía dos factores o debates: por un lado la fractura anteriormente mencionada entre líneas y curvas, mientras que por el otro encontramos la fractura nacionalista-xenófoba entre look racial vs. look nórdico. Hay que decir que en ese catfight oral que se produjo cuando la estilista reunió a las cuatro finalistas, el acoso y derribo hacia Yasmin fue brutal: que si la ropa de los diseñadores no le entra, que si sus rasgos no son españoles y que la ganadora debería representar la imagen racial española, etc. Ahí hay que destacar que Yasmin mostró suficiente cintura al recordarles al resto de niñas que se estaba eligiendo a una Supermodelo y no a Miss España (la primera en la frente, peazotontas!). Además, se veía un punto de envidia de las otras respecto a Yasmin, ya que se la veía más madura que a las otras y con un mayor nivel de instrucción que ellas (por ejemplo, el conocimiento de idiomas, la práctica de deporte, etc.). En este sentido, ya he mostrado anteriormente mi posición al respecto de las modelos sin curvas.

El momento más emotivo (y todo un acierto del programa para generar cierta distensión) fue cuando las dos desfilaron por la pasarela simulando una competencia entre ellas (adelantamientos, empujones, etc.), fundiéndose finalmente en un abrazo. Eso me gustó mucho. Y a continuación los resultados de la audiencia: 52% para Maria José y 48% para Yasmin. El pueblo habló. Nada que objetar.

Ahora queda por ver el periplo de Maria José en el concurso internacional de Elite Model. Sinceramente creo que se la van a comer con patatas (sólo es necesario ver a la representante francesa que realizó una breve incursión en la academia-centro de formación, con unos declarados 15 años que para sí quisieran muchas). Y es que además de disponer de mimbres genéticos, para ganar en este tipo de concursos también hay que tener mucha seguridad en sí misma (aunque suene a tópico manido), y sinceramente no veo a Maria José por la labor.

Espero que el próximo año tengamos una nueva edición del concurso-programa, y a poder ser manteniendo los mismos profesores. Por eso no quisiera acabar sin realizar algunos comentarios al respecto de ellos:

- Cristina García (the so-called "estilista"). No pongo en duda que sus conocimientos sobre estilismo sean válidos e instruidos, pero cabría recordarle que el ejemplo empieza por uno mismo. Y es que la serie de modelitos fulanoides de whyskeria de carretera con los que nos ha deleitado no han tenido parangón: más que canalillos, acueductos (nena, en el primer programa ya nos diste buena cuenta de que no te faltan pechos, pero tampoco hay que ir enseñando el mostrador constantemente; además, podrías buscarte un suje que te los aproxime mutuamente, porqué tienes uno mirando a Finisterre y otro a Palamós), y las faldas rozando el estilo canica (una cuarta y al hoyo). Un estilo very filthy (que a mi ya me va, pero por otros derroteros que no son precisamente los de la moda...).

- Valerio Pino (profesor de pasarela): desde la más estricta heterosexualidad, he de reconocer que me ha acabado cautivando. No sólo por su elegante porte y belleza (en definitiva, estilo), sino también por su rectitud docente. Al principio, pensé que sería la típica locaza, pero su buen hacer académico le han elevado a ser considerado todo un referente.

- Emmanuel Rouzic (profesor de fotografía): bien al meterles caña a las niñas, pero poco más que comentar.

- Paola Dominguín (portavoz del centro de formación): el contrapunto buenrollista ante la mano dura del resto de profesores (incluido Jimmy, el de gimnasia). No ha ofrecido demasiado juego (¿quizás era precisamente ese su papel?).

That's all, folks!

sábado, 11 de noviembre de 2006

Sin complejos, pero sin excesivas pretensiones

Hola,

Finalmente he caído en las redes de esa ambivalencia y esquizofrenia propia de la bloggosfera (o comoquiera se llame): la repulsión propia hacia un fenómeno que se populariza (en el sentido más negativo del término, entendiendo popularización como espacio abierto a la mediocridad propia de un exceso de oferta), pero a la vez la atracción hacia una forma de uso de las nuevas tecnologías como vía de expresión, comunicación, diálogo e intercambio (¡Dios, que jipi sueno!). Eso sí, sin pretensión alguna (como mínimo a priori) de caer en el proselitismo fácil y descarado o en el uso del blog como correa de transmisión de terceras personas o entidades (véase los contenidos de muchos de los bloggs de militantes o simpatizantes de partidos políticos durante las últimas elecciones autonómicas en Catalunya: lícito, pero detestable al mercantilizar un espacio de supuesta individualidad). Atención: con esto no quiero posicionarme en una postura absurda, onanista y estérilmente ácrata, y seré uno de los primeros en utilizar este blog como sistema de difusión de propuestas y posturas que considere loables y dignas de ser comentadas, pero siempre desde un punto de partida que respete la idiosincrasia individualista del blog.

¿Qué encontraréis en este blog? Sobretodo mucha incorrección política (intentando no faltar el respeto a nadie, pero sin caer en ese relativismo neutro y post-moderno que nos está descafeinando a todos) y reflexiones sobre todos aquellos temas que conforman mi particular cosmovisión: la política internacional, la música, el cine (sobre todo el mal llamado "casposo"), la prensa del corazón, la televisión (con especial relevancia a la mal llamada "basura") y el humor. En definitiva, una incorrección totalmente necesaria para interactuar dialécticamente con esa corrección sosa de la que antes os he hablado y que nos sirva de motor para no convertirnos en uvas-pasa mentales e intelectuales.

¡Viva lo rancio! (expresión emitida por Anatoli Karpov en La Hora Chanante).

La Hora Chanante: iconoclastia e incorreccion a raudales


No podía iniciar un blog en el que la incorrección pretende ser bandera sin hacer referencia a La Hora Chanante, ese programa cómico que se emite el primer domingo de cada mes en Paramount Comedy a las 23h. (Digital +, Dial 23), aunque según tengo entendido también se emite por Localia. He de reconocer que me he enganchado tarde a dicho programa, pero el pasado 12 de octubre emitieron durante 24 horas seguidas los 48 programas emitidos hasta la fecha, los cuales no dudé en grabármelos. A falta de ver los 5 o 6 últimos programas de ese maratón, puedo asegurar que tras el atracón no me he aburrido en ningún momento, cosa que no me ocurría desde la visión múltiple y repetida de los sketches de Faemino y Cansado.

De hecho (y es algo que no me he inventado), la crítica constantemente hace referencia a un tipo de humor absurdo que entronca con Faemino y Cansado, los Monthy Pyton, los hermanos Farrelly o David Zucker. Pero un absurdo basado en una fórmula que, por sencilla que sea, no deja de ser efectiva: utilizar referentes musicales, televisivos, políticos y cinematográficos de los ochenta y revisitarlos desde una óptica costumbrista basada en el uso de expresiones y lenguaje propio de la España interior y profunda. De este modo, la coartada generacional (el uso de los referentes anteriormente mencionados) sirve de implacable anzuelo para una franja de la población que busca el humor a través de la trasgresión. Pero atención, que sencillez no significa falta de preparación o trabajo: un ejemplo se encuentra en algunos de los Testimonios del programa, protagonizados por personajes políticos internacionales (Mijail Gorbachov, Margaret Thatcher, Gadafi, Ronald Reagan, Hugo Chávez), en los que se hace referencia a hechos históricos y políticos propios de una persona interesada por la política internacional o que previamente se ha documentado al respecto. Chapó a los guionistas por esa mezcla de humor e Ilustración.

El ideólogo-cabecilla-estandarte del programa es el dibujante y cómico Joaquín Reyes (Richard, el informático de "Camera Café"), pero pese a que él lleva el peso del programa, no sería ni la mitad de lo que es sin la presencia y ayuda de un elenco de cómicos que sin duda van a marcar una época en el humor nacional. Me refiero a gente como Ernesto Sevilla, Julián López, Carlos Areces, Raúl Cimas y Chapi (si por casualidad leyesen estas líneas, un saludo y mis respetos a todos ellos).

Creo que el secreto del éxito del programa es fácilmente detectable en la sección Hever vs. Clever (lo que vienen a ser las tomas falsas): la frescura y la falta de pretensiones, el cachondeo generalizado y el buen rollo, diluyendo la distancia entre el actor y el amigo, generando tal empatía que a servidor se le ponen los dientes largos por no poder ser uno más de los que están con ellos en el plató desarrollando sus sketches y partiéndose el ojete. Y es que esa empatía es la que marca la diferencia entre el buen y el mal cómico, o entre el gracioso y el graciosete (según prefieran).

A aquellos que sientan curiosidad por conocer el universo chanante, recomendarles no sólo la web del programa, sinó la visión de los múltiples sketches que se encuentran colgados en YouTube (la vía por la cual me enganché al mismo).

Finalmente, un consejo terapéutico-homeopático: aquel que en algún momento se encuentre flojo de ánimos o deprimido, nada mejor que la visión de unos cuantos sketches chanantes para recuperar el rictus.