sábado, 11 de noviembre de 2006

La Hora Chanante: iconoclastia e incorreccion a raudales


No podía iniciar un blog en el que la incorrección pretende ser bandera sin hacer referencia a La Hora Chanante, ese programa cómico que se emite el primer domingo de cada mes en Paramount Comedy a las 23h. (Digital +, Dial 23), aunque según tengo entendido también se emite por Localia. He de reconocer que me he enganchado tarde a dicho programa, pero el pasado 12 de octubre emitieron durante 24 horas seguidas los 48 programas emitidos hasta la fecha, los cuales no dudé en grabármelos. A falta de ver los 5 o 6 últimos programas de ese maratón, puedo asegurar que tras el atracón no me he aburrido en ningún momento, cosa que no me ocurría desde la visión múltiple y repetida de los sketches de Faemino y Cansado.

De hecho (y es algo que no me he inventado), la crítica constantemente hace referencia a un tipo de humor absurdo que entronca con Faemino y Cansado, los Monthy Pyton, los hermanos Farrelly o David Zucker. Pero un absurdo basado en una fórmula que, por sencilla que sea, no deja de ser efectiva: utilizar referentes musicales, televisivos, políticos y cinematográficos de los ochenta y revisitarlos desde una óptica costumbrista basada en el uso de expresiones y lenguaje propio de la España interior y profunda. De este modo, la coartada generacional (el uso de los referentes anteriormente mencionados) sirve de implacable anzuelo para una franja de la población que busca el humor a través de la trasgresión. Pero atención, que sencillez no significa falta de preparación o trabajo: un ejemplo se encuentra en algunos de los Testimonios del programa, protagonizados por personajes políticos internacionales (Mijail Gorbachov, Margaret Thatcher, Gadafi, Ronald Reagan, Hugo Chávez), en los que se hace referencia a hechos históricos y políticos propios de una persona interesada por la política internacional o que previamente se ha documentado al respecto. Chapó a los guionistas por esa mezcla de humor e Ilustración.

El ideólogo-cabecilla-estandarte del programa es el dibujante y cómico Joaquín Reyes (Richard, el informático de "Camera Café"), pero pese a que él lleva el peso del programa, no sería ni la mitad de lo que es sin la presencia y ayuda de un elenco de cómicos que sin duda van a marcar una época en el humor nacional. Me refiero a gente como Ernesto Sevilla, Julián López, Carlos Areces, Raúl Cimas y Chapi (si por casualidad leyesen estas líneas, un saludo y mis respetos a todos ellos).

Creo que el secreto del éxito del programa es fácilmente detectable en la sección Hever vs. Clever (lo que vienen a ser las tomas falsas): la frescura y la falta de pretensiones, el cachondeo generalizado y el buen rollo, diluyendo la distancia entre el actor y el amigo, generando tal empatía que a servidor se le ponen los dientes largos por no poder ser uno más de los que están con ellos en el plató desarrollando sus sketches y partiéndose el ojete. Y es que esa empatía es la que marca la diferencia entre el buen y el mal cómico, o entre el gracioso y el graciosete (según prefieran).

A aquellos que sientan curiosidad por conocer el universo chanante, recomendarles no sólo la web del programa, sinó la visión de los múltiples sketches que se encuentran colgados en YouTube (la vía por la cual me enganché al mismo).

Finalmente, un consejo terapéutico-homeopático: aquel que en algún momento se encuentre flojo de ánimos o deprimido, nada mejor que la visión de unos cuantos sketches chanantes para recuperar el rictus.

No hay comentarios: